La insólita guerra del emú en Australia: un evento histórico singular
La historia de Australia guarda infinitas historias curiosas dignas de conocer. Una de ellas es la guerra contra los emúes o, dicho de otro modo, la historia de cómo el gobierno australiano perdió una guerra contra unas aves Sí, sí, estás leyendo bien. ¿Quieres saber qué pasó? ¡Te lo contamos todo en este artículo!
¿Qué son los emúes?
Los emúes son la segunda especie de aves más grande del mundo, después del avestruz africano, y habitan en Australia. Tienen la cabeza y el pico pequeños y un cuerpo robusto y voluminoso, y pueden llegar a medir hasta dos metros. Los emúes no vuelan, pero igual que las avestruces, corren muchísimo, pudiendo alcanzar una velocidad de 50 kilómetros por hora.
¿Cómo fue la insólita guerra del emú en Australia?
A finales de 1932, muchos australianos y británicos que eran veteranos de la Primera Guerra Mundial se hicieron agricultores. Muchos de ellos tuvieron que trabajar las tierras de zonas marginales de Australia Occidental y en muy malas condiciones. Y aunque lograron construir en una zona desértica un gran sistema de riego y gracias a él pudieron cultivar trigo, pronto se encontraron con un gran problema: cerca de 20.000 emúes llegaron a sus tierras procedentes del interior, en su proceso de migración hacia la costa pasada la época de cría.
Los emúes no tardaron en darse cuenta de que, gracias al sistema de riego, esa zona era perfecta para instalarse, ya que no les resultaba nada difícil conseguir agua y alimento. Las enormes aves decidieron entonces instalarse en esta zona, destrozando a menudo tanto los cultivos como el vallado que habían levantado los agricultores, lo que añadía un problema extra: también se colaban otro tipo de animales, como conejos.
Todo ello, sumado a que el precio del trigo había caído en picado a consecuencia de la Gran Depresión de 1929, hizo que los agricultores decidieran trasladar su problema al gobierno australiano, pidiendo al ministro de Defensa, George Pearce, que acabara con la plaga de emúes. Pearce permitió que el ejército actuara ante esta plaga utilizando armas de fuego, pero con algunas condiciones: solamente el personal militar podría utilizar las armas, el gobierno de Australia Occidental, donde vivían los agricultores, debía ser el que se hiciera cargo del coste del traslado de las tropas, y los propios granjeros debían dar comida y alojamiento a los militares. Además, el ministro decidió enviar con ellos a un fotógrafo del noticiario Fox Movietone y dio al ejército dos ametralladoras Lewis y 10.000 cartuchos de munición para combatir al emú.
Debido a las fuertes lluvias, la operación tuvo que retrasarse un mes, hasta que el 2 de noviembre el ejército intervino por primera vez ante las órdenes del comandante G.P.W Meredith. Los militares daban por hecho que los emúes no opondrían resistencia, pero nada más lejos de la realidad. Al encontrarse con un grupo de unas cincuenta aves que estaban demasiado lejos como para darles con las ametralladoras, los agricultores intentaron hacer caer a las aves en una trampa para que se acercaran a los militares. Sin embargo, los astutos emúes se dieron cuenta y, al contrario de lo esperado, se dividieron en grupos pequeños y huyeron hacia otro lado, por lo que dispararles resultaba imposible. Aquel primer día los militares solamente consiguieron acabar con la vida de una docena de aves.
Dos días más tarde los militares intentaron emboscar a un grupo de unos mil emúes, decidiendo que solo dispararían cuando estos se encontraran a tiro. Sin embargo, cuando tan solo habían matado a doce pájaros la ametralladora se atascó y no pudieron seguir disparando.
Ante el avistamiento al sur de otro grupo de aves que, según los informes, parecían más mansas, las tropas se dirigieron hacia allí. En los días siguientes los militares se dieron cuenta de que cada grupo de emúes tenía un líder “de plumas negras, que mide casi dos metros y que vigila mientras el resto destruye las tierras”, tal como indican algunos documentos de aquella época. Ante esta advertencia, Meredith decidió colocar una ametralladora en un camión, pero para su desgracia el vehículo corría menos que las aves, por lo que su ocurrencia no llegó a buen puerto.
Una semana después de su llegada a las tierras de los agricultores, los militares habían disparado 2.500 cartuchos, pero solo habían conseguido matar a cincuenta emúes (aunque según los agricultores los emúes muertos eran entre 200 a 500). Ese mismo día, el asunto llegó a la Cámara de Representantes de Australia, donde se debatió si la operación debía seguir adelante. Finalmente, el ministro Pearce ordenó la retirada de las tropas y, a su regreso, el mayor Meredith aseguró que los emúes eran como los zulúes, el pueblo de guerreros más conocido de África.
Sin embargo, el 12 de noviembre los agricultores solicitaron el regreso de las tropas y el ministro de Defensa permitió que se reanudara la operación, de nuevo bajo las órdenes de Meredith. Este segundo intento duró casi un mes, tiempo en el que se calcula que se acabó con la vida de 986 emúes y que otros 2.500 murieron a causa de las heridas recibidas. Sin embargo, teniendo en cuenta que había cercad de 20.000 emúes y que entre el primer ataque y el segundo, apenas acabaron con 4.000, fueron las aves las que ganaron esta insólita guerra.
Años más tarde, concretamente en 1934, 1943 y 1948, los granjeros volvieron a solicitar la ayuda del ejército, pero esta vez para ahuyentar a las aves, no para matarlas.
Ahora ya sabes qué fue la insólita guerra de los emúes en Australia, una historia bastante popular en el país que, además, en los últimos años se ha convertido en protagonista de algún memé que se ha hecho muy popular en Internet. Además, en 2020 salió al mercado un videojuego inspirado en esta guerra, llamado Emu War. Si estás pensando en pasar una temporada en Australia, es probable que acabes escuchando esta historia en algún momento 😉